Ostenbergstraße y alrededores

0 comentarios

Creo que ya os lo he contado, pero todo lo que rodea a la residencia parece un pequeño pueblecito. Mi residencia está situada en una zona bastante tranquila. Son tres bloques de unos 6 ó 7 pisos con viviendas de hasta cuatro habitaciones con cocina, baño y aseo compartidos.

Yo vivo en el número 97, en una habitación del primer piso. Las fotos de la habitación ya las publiqué en otro post anterior. Tampoco ha cambiado mucho la habitación por el momento ya que no he tenido tiempo de ir a Ikea a comprar algunas cosillas para ir dándole un toque más acogedor, pero si hay cambios ya los iré contando.


Como os iba diciendo, desde mi número se ve,aunque un poco desde lejos el estadio del Borussia Dortmund. Todo lo que rodea los edificios es campo y hay zona para hacer barbacoas que parece bastante tranquila. Los árboles que rodean toda la zona son verdaderamente altos y el amanecer desde mi habitación se convierte en un espectáculo por el color de la luz por las mañanas. Estoy como a unos quince minutos andando del campus y de la biblioteca, el Lidl también está cerca, así que la verdad es que no me puedo quejar por la zona. 

Tengo en mente hacer algún día que tenga tiempo un vídeo con el camino desde mi casa hasta la universidad para que lo podáis ver. Esa es una idea que ya ha tenido también Dani, uno de mis compis españoles que hay por aquí. Lo dejo claro para que no se piense que hay plagio xD.

Los lunes por la noche, desde las 21:00 hasta la 01:00 abre el Eastend,  el bar de la residencia. Supuestamente la semana que viene tenemos una fiesta de bienvenida para la gente que ha llegado nueva este semestre, cuando confirmen fechas os contaré qué tal la fiesta.

Necesito tiempo

0 comentarios

Necesito tiempo, es por eso que ya no escribo con tanta frecuencia en el blog. La verdad es que no me esperaba que mi rutina aquí fuese pasar tanto tiempo en la biblioteca haciendo ejercicios para entregar.
Y luego el tiempo que tengo libre aprovecho para estar con la gente y salir a tomar algo, como haría cualquier persona normal.

Este fin de semana por lo menos tengo tres días de descanso, así que intentaré organizarme bien porque ya la semana que viene voy a pasar el fin de semana a Madrid y tengo que adelantar todo el trabajo posible. Así que también espero poder contar más cosas.

Por eso no os penséis que he abandonado esto, lo que pasa es que estoy intentando cuadrar una rutina con la que me de tiempo a hacer todo.

El reloj roto

2 comentarios

Viernes por la tarde. Empieza otro fin de semana, ya queda menos para hacer una visita exprés a casa. Ver que todo está bien y volver a ponerme triste porque tengo que volver. No es que no esté bien aquí, que lo estoy, es que echo también de menos todo lo que quedó atrás.

Hoy fuimos a pasar la tarde a Dortmund ciudad, a hacer compras para la casa y algunas cosas de papelería que me hacían falta. Creo que ya os he hablado del Teddy, es un almacén gigante con artículos a un euro. Te puedes encontrar de todo. La verdad es que hay bastantes cosas de papelería interesantes.

De ahí hemos ido a otro macro-todo-a-un-euro y me he encaprichado de un reloj de pared que he visto por tres euros. La verdad es que me hacía ilusión darle un poco de vida a las paredes de la habitación, aunque he de reconocer que ya las he decorado un poco. El caso es que he llegado a "casa" y, con toda la ilusión del mundo, me he decidido a poner en marcha el reloj. Y para mi sorpresa no funciona, no da señales de vida, está como muerto.

Es una tontería porque ha sido un reloj de tres euros, pero ha sido un pequeño momento de depresión porque quería empezar a sentirme como en casa, aunque este reloj quiera recordarme que estoy aquí de paso. Solamente quería compartir esto con vosotros y desearos que paséis un buen viernes. No me olvido de vosotros.

Compañeros de piso

2 comentarios

Este es el primer post que va dedicado a hablar solamente sobre mis compañeros de piso. Vivimos en un piso de cuatro habitaciones con una cocina, aseo y cuarto de baño. Pero compartimos mucho más que la cocina y los baños, compartimos mierda. 
Esta mañana no podía más, no podía ver toda la porquería que recubría la lámpara de la cocina, y spray y estropajo en mano me puse manos a la obra. La lámpara ya está limpia, luego seguí con las sillas, y fue entonces cuando irrumpió en la cocina el fantasma de uno de mis compañeros de piso. Es matemático, retraído, con cara de científico. Físicamente me recuerda un poco al personaje de Matt Hooper (Richard Dreyfuss: http://www.imdb.com/media/rm105748736/ch0002867) en la película tiburón. Tengo la sensación de que este chico, si se lo propusiese podría acabar con todos nosotros con un hacha mientras dormimos. A parte de eso nuestra relación es cordial, yo le saludo y el a veces contesta. Pero la verdad es que no me preocupa mucho, yo me voy canturreando por el pasillo a mi habitación dando a entender que no me afecta, y es la verdad, ¡no me afecta!




Luego está el otro chico alemán, Benjamin. Este sí que parece un tío majo y por cierto buen cocinero. Ya le he visto hacer un par de pasteles con bastante buena pinta. Normalmente todo lo que cocina suele oler bien. Con él he hablado un par de veces aunque no por mucho rato, pero se puede decir que del poco trato que hemos tenido, saco en conclusión que me cae bien. 


Por último está Ivan, de Rusia. Es con él con quién más trato he tenido. Salió conmigo una noche de fiesta pero tuvo la mala suerte de que ese día nos juntamos todos los españoles y no pudo hablar mucho con la gente, sólo conmigo. Había silencios un poco incómodos y lo estuve pasando un poco mal por él, pero supongo que el sabía que yo estaba intentando que no se sintiese solo. 


En fin, estos son mis compañeros de piso, compañeros de suciedad en la cocina y en el baño. Compañeros de silencios incómodos y de escenas de películas casi de terror. 
No coincidimos mucho por los horarios en los que nos manejamos cada uno, pero aún así espero tener tiempo para que seamos buenos amigos. Si no lo conseguimos puede ser que una noche acabe Alex a hachazos con nosotros. Cruzaré los dedos para que no sea así...



Primera semana de clases. Segundo fin de semana.

0 comentarios

Parece mentira que el lunes ya vaya a hacer dos semanas que estoy aquí. Ya conté en la anterior entrada cómo fue mi primer día de clase. He querido esperar un poco más de tiempo para hacer un balance un poco más claro. Aunque he de reconocer que sigo un poco perdido, ya van tomando forma las cosas.
Aún no tengo un horario de clases definido porque estoy intentando cuadrar las horas de ejercicios. A diferencia del sistema universitario en la Universidad Complutense de Madrid, donde en la mayor parte de las asignaturas la teoría y los ejercicios se combinan a lo largo de las horas de clase, aquí hay un horario específico para las sesiones teóricas y otro para las horas de ejercicios. Estas clases de ejercicios tienen varios horarios distintos que hay que elegir en los primeros días de clase y en ellas se puede trabajar individualmente o en grupo.
La otra diferencia considerable que he notado ha sido la participación en clase. Aquí la gente pregunta mucho más al profesor, no se cortan tanto como en España. Aunque también he visto bastante gente durmiendo plácidamente mientras el profesor daba su correspondiente charla.
Una gran noticia para mi ha sido el conseguir por fin mi Semesterticket. Ayer por la tarde lo imprimí y lo doblé para meterlo en la cartera. Es mi carta de libertad, por fin me podré mover sin que me claven como mínimo dos euros cada vez que quiera coger un autobús.
Ya me he podido abrir una cuenta de banco también y a parte de eso me he hecho la la "Sportkarte" (Tarjeta de deportes) con la que me he podido apuntar a clases de natación por diez euros al semestre. La verdad es que este es un sitio relativamente barato para hacer cosas si eres estudiante.
Me motiva el ambiente universitario para intentar hacerlo lo mejor posible aunque antes de ello necesite este fin de semana para descansar un poco y coger fuerzas. Es este lunes cuando ya empieza todo en serio.
Ahora toca juntarse con la gente y divertirse un poco. El tiempo no acompaña mucho, lleva todo el día con lluvia a ratos, mucho viento, etc... De momento he hecho tarde de series en casa y ahora a las 21:00 tenemos encuentro en la residencia para cenar todos. ¡Qué ganas de estar con gente!
Por cierto, ya tengo escurridor de pasta.

Mein erster Unitag (Mi primer día de universidad)

0 comentarios


Ya llegó. Aunque no es mi primer día de universidad desde que comenzaron mis andanzas en el mundo universitario, sí que es mi primer día de universidad en Alemania.
Mi primera clase fue "Rechnerstrukturen", algo así como Estructura de Computadores. La clase se imparte en un aula magna, como estas que salen en las películas y que en todos estos años en España nunca he visto. Había muchísima gente, tanto que hasta hubo quienes se tuvieron que sentar en el suelo y en las escaleras.
Y allí estaba yo, sentado con mi portátil esperando a que empezase la clase. Creo que fueron unos momentos de nervios, era mi primera vez aquí en Alemania, sin saber si habría muchas diferencias con el sistema educativo español.
En la pantalla había una presentación con diapositivas, igual que en las clases de la UCM. El profesor empezó a hablar y, no sé si era por la acústica o por mis nervios, pero me costó bastante entenderle.
Según hablaba a veces señalaba a algún alumno para que respondiese a las dudas que planteaba. Yo estaba de los nervios pensando que si me preguntaba iba a ser muy vergonzoso el no haber entendido ni siquiera lo que me había preguntado. Por suerte me conseguí mantener en un discreto segundo plano.
Más o menos con las diapositivas entendía de qué iba el contenido de la primera clase de presentación: hablamos un poco sobre la historia de la informática y sus distintas generaciones. Creo recordar que en España, cuando alguna vez estudié esto, se decía que nos encontramos en la quinta etapa de la informática, mientras que aquí dicen que estamos en la cuarta. Algo se nos habrá escapado...
Luego hablamos sobre cambios de base y poco más. Al menos me sentí algo más tranquilo en ese aspecto ya que era algo que conozco. El problema se presenta cuando el profesor habla de las horas de ejercicios y nos pasan unas hojas para formar grupos de trabajo. He decidido apuntarme solo porque no conozco a nadie y todos van a lo suyo. Así que ahora me encuentro en esa situación. Estoy un poco perdido, apenas entendí el método de trabajo que hay que seguir. No conseguí entender bien lo que aquel profesor de aspecto enclenque y que hablaba tan rápido pretendía decir. Sensación amarga para el primer día. Un poco nervioso y preocupado. Pero sé que no hay que rendirse, me tocará ir a acosar y a dar la lata al profesor, como todo buen alumno Erasmus.

No hay escurridor de pasta

3 comentarios

Llevo ya un par de días viviendo aquí. Al principio es todo como una película. Sigo pensando que cuando me despierte me voy a levantar en la cama de mi habitación en casa de mis padres , que voy a poder tomar café recién hecho, etc... Todo ello sin pararme a apreciar que todo lo que puedo usar está limpio y que casi no me tengo que preocupar por lo que ensucio porque el lavaplatos se encargará de ellos.
Esta mañana me levanté con energía y me decidí a limpiar un poco la cocina. Vamos a ver, llevo viviendo casi una semana aquí y no tengo ni idea de cuándo se van a hacer turnos de limpieza, pero la verdad es que creo que me estoy volviendo un poco maniático. Spray en mano me he puesto a repartir "quitagrasas" o Kraft Reiniger a diestro y siniestro. En algo más de media hora la misión estaba más o menos cumplida.
Pero luego, llegada la hora en la que el estómago te recuerda que existe empiezas a hacer esquemas mentales pensando qué se puede comer hoy. La verdad es que el panorama se presenta un poco desalentador, sólo tengo pasta y salsa de tomate. Tendría comida para hacer tortilla de patatas pero no tengo los utensilios adecuados.
Así pues decido hacer pasta con tomate, el culmen de la cocina de un piso de hombres que viven solos. Pongo el agua a hervir, saco el paquete de pasta, echo una cantidad suficiente para comer y me quedo mirando las burbujas que hace el agua mientras hierve.
El siguiente paso sería escurrir la pasta cuando sea el momento justo. Empiezo a abrir puertas de muebles, cajones, revuelvo entre las estanterías. No hay rastro. ¿Dónde estará? ¿Y ahora qué hago? No hay escurridor de pasta, ¿pero esto qué es?
Me acordé de aquella imagen que vi de una película de Billy Wilder, El Apartamento, en la que Jack Lemon escurría la pasta con una raqueta.


Al fondo del pasillo había visto unas raquetas de bádminton pero al final decidí no ser tan innovador. Escurrí la pasta con la tapa de la cacerola y final feliz.
¿Merece la pena escribir una entrada sobre esto? Sí. No es el hecho de que no haya escurridor de pasta. El tema es que uno ya no está en casa y no se debe dar por supuesta ni la más trivial de las comodidades.

Primeros días

1 comentarios

Hoy es domingo. Ya llevo unos cuantos días como para poder repasar un poco la situación actual. Lo voy a dividir en dos planos: universitario y personal.

Iremos por partes. En el plano administrado-universitario ahora mismo la situación se encuentra dividida. Por un lado, todo lo que concierne a papeleos lo tengo solucionado. Sólo queda esperar.
Me hice el carnet de la biblioteca, así que puedo conectarme gratis a internet. Este carnet también lo utilizo teniendo un poco de morro porque lo enseño en el comedor junto con el de la Complutense y diciendo que soy Erasmus me cobran la comida a precio reducido. De hecho el otro día comí el menú de la universidad ¡por un euro!
 He ido a hacer la matriculación en la oficina de relaciones internacionales y ahora me queda recibir toda la documentación por correo para pedir el Semesterticket. Hasta entonces apenas me puedo mover de la zona del campus. El transporte público aquí es verdaderamente caro. Lo bueno que tiene es que funciona las 24 horas del día.
Ya tengo internet desde hace un par de días en casa, lo que hace posible que este post lo esté publicando ahora mismo sentado en el escritorio de mi habitación.
Creo que sólo me falta ir a registrarme como estudiante extranjero en la ciudad, aunque tengo aún tres meses para poder hacerlo. Esperaré a tener solucionado el tema del transporte.

Ahora vamos a la parte universitaria. He hablado con mi coordinador y por lo que sé, lo único que tengo que hacer es ir a las asignaturas y decirle al profesor que soy alumno Erasmus. Lo que pasa es que aquí es un lío y no sé aún dónde tengo que ir exactamente a las horas de clase y no tengo claro cómo funcionan lo grupos de prácticas. Tampoco sé aún dónde voy a conseguir los apuntes para estudiar. Podríamos decir que la verdadera aventura empieza a partir de mañana.

Y ahora pasamos al plano personal. Desde que estoy aquí he conocido ya a varios españoles. En general también he conocido a gente de varios países. Me llama la atención que a los que menos conozco sean alemanes, a pesar de vivir con dos de ellos. También vivo con un chico ruso, con el que al menos puedo hablar en alemán.
Me he apuntado con un amigo a hacer un tándem para quedar con alemanes y hablar español y alemán, de modo que pueda practicar.

Tengo muchas ganas de mejorar mi alemán, de conocer a gente alemana, etc... Pero no puedo negar la suerte que tengo de haber conocido a gente de España por aquí y no sentirme tan solo. Que supongo que los primeros ías es cuando más se nota.

Este lunes empieza una semana llena de retos, ya os iré contando cómo los voy superando.

Mi "casa"

1 comentarios

El martes por fin conseguí instalarme en la residencia. Me costó un buen rato porque en primer lugar tuve que ir a la oficina de vivienda a firmar el contrato de alquiler y llevárselo corriendo al casero para que me diera las llaves. En ese momento pensé: "Primera prueba superada".


Bueno, el casero me da las explicaciones necesarias y por supuesto mis llaves. Subo, pienso que al ir por la entrada principal podré subir en ascensor pero no había ascensor, como yo esperaba. "Bueno, sólo es un piso"
No os penséis que soy tan perro como para subir un piso en ascensor, lo que pasa es que eran casi 25kg de maleta.


Subo y me encuentro con el primero de mis compañeros de piso, Ivan, un ruso. Sólo nos saludamos, nos presentamos y el se marcha. Juraría haberle visto en la oficina de vivienda esa misma mañana. 


La primera impresión que me da el piso es que está muy sucio y me da un poco de palo vivir allí. Luego ya entré en mi habitación y veo que no está tan mal la cosa, que tengo mis platos, vasos, sábanas, etc...


Salí a la cocina y me encuentro con Benjamin, otro compañero de piso. Es alemán. Al menos creo que así tendré la oportunidad de practicarlo correctamente. Me dice que el piso a llegado a estar más sucio. En fin... También dice que habrá que hacer turnos de limpieza y que puedo utilizar todo lo que quiera si lo dejo limpio.


Pues nada, después de fregar y barrer y colocar cosas la verdad es que mi habitación no ha quedado nada mal. Aquí os dejo unas fotos. 




Primera noche en suelo alemán

0 comentarios

Ya sabía yo que no podía salir todo perfecto. Si uno quiere tener anécdotas que poder contar no puede ser de otra manera. Mi caso no ha sido una excepción. 
Me las prometía muy felices cuando vi a los dos chicos que vinieron a recogerme justo frente a la puerta del aeropuerto. Habían venido a recogerme en coche y lo menos que podía hacer era pagar el párking. 
De camino a la residencia hablamos relativamente poco, pero lo poco que hablamos no podía augurar una peor noche. A mitad de camino, uno de los dos chicos me pregunta: "¿Y ya tienes solucionado el tema de las llaves de tu residencia? ¿Has avisado de que llegabas tarde?"
Yo me quedé en silencio durante unos instantes tratando de asimilar esa pregunta. Con voz titubeante respondo:
"Se supone que era David quien tenía que recoger mis llaves."
David, que estaba sentado en el asiento del copiloto dice que el coordinador no se lo había vuelto a recordar.
El otro chico dice: "Entonces tenemos un problema." Y yo pensé: "El problema lo tengo yo, a vosotros no se os ve muy preocupados."
Bueno, pues de perdidos al río. Intentamos ir a la universidad a ver si localizábamos al coordinador pero ya no estaba allí. Intentaron acoplarme en otra residencia, pero no hubo suerte. 
Finalmente, se me ocurrió llamar a un chico español que estaba en mi residencia y que resultó ser mi salvación. 
Ironías de la vida, es compañero de piso de este tal David, el mozo alemán algo olvidadizo. 




A 300 km/h

0 comentarios

Empieza la aventura. Ya estoy montado en el tren y llevo unos 20 minutos de viaje.
La despedida en la estación ha ido mejor de lo que pensaba, aunque mi madre me lo ha hecho pasar un poco mal.
Ahora pienso en todo el tiempo que ha pasado desde que supe que este día iba a llegar.
Al principio tenía la sensación de que era una eternidad, pero ya sabemos que el tiempo no perdona y que pasa muy rápido.
Atrás dejo familia, novia y amigos. Ya sabéis que necesito hacer esto pero que volveré.
Empiezo una nueva vida y creo que necesito vivir esta experiencia para crecer como persona y terminar mis estudios.
Os echaré a todos de menos, sobre todo a ti, mi amor.
Estos últimos días me han servido para darme cuenta de lo afortunado que soy porque haya tanta gente que me quiere. La pena es que estos días hayan pasado tan rápido como va este tren. A 300 km/h.


Despedidas

3 comentarios

No he querido escribir esta entrada hasta que no me he despedido de casi todo el mundo, porque el propio hecho de escribirla supone ser otra despedida.

Me imagino que la más difícil de las despedidas será mañana en la estación. Y ahora mismo no quiero ni pensarlo. 
Quiero aprovechar para dar las gracias a todo el mundo, por estar ahí siempre, en los buenos y en los malos momentos. Por estar ayer, también. Os voy a echar mucho de menos. 
Ahora me voy a empezar una vida nueva durante unos meses, pero no por eso me voy a olvidar de vosotros.  Nos vamos a ver pronto.  
La aventura empieza y quiero que merezca la pena. Pronto tendréis noticias mías.