Viviendo la "Spanish Revolution" desde Alemania

5 comentarios

Desde el pasado 15 de mayo algo está sucediendo en España. La acampada en Sol se ha hecho eco por todo el mundo, y es muy importante el hecho de que la gente se está movilizando día a día. Un sueño hecho realidad. Puede que la situación actual no vaya a cambiar, pero con esto al menos la clase política debe saber que si el pueblo quiere, se puede unir, y que juntos siempre podremos tener fuerza.

La denominada "Spanish Revolution" se ha convertido también en un trending topic para nosotros, los españoles que estamos en Dortmund, los que estamos en Colonia, Düsseldorf, etc... Es algo que realmente nos preocupa y que nos afecta. A mi me gustaría poder ir todas las tardes a la Acampada de Sol, pero por motivos obvios no me es posible.


 Aún así, queremos llamar la atención, hemos creado un grupo en FB: Democracial Real YA!!! - Düsseldorf
(https://www.facebook.com/event.php?eid=193888170656976). Estamos buscando gente que se quiera unir a nosotros este sábado a las 12 de la mañana en la Burgplatz de Düsseldorf. Por eso, cualquiera que lea esto y nos quiera acompañar, será bienvenido.

Seguiremos informando!

Como en casa

0 comentarios

"En tu casa me siento un poco como en casa" me decía una amiga el otro día. Desde ese momento creo que no he dejado de dar vueltas a ese concepto. Sentirse "como en casa".

Al principio no me atrevía a decir que me sentía como en casa, o si lo decía era con cierto recelo. No dejaba de pensar que estoy era algo circunstancial y con una duración determinada. Y lo sigue siendo, me quedan sólo tres meses aquí.

"¿No te sientes en mi casa también como en casa?" también me preguntaba esa misma amiga. "Pues un poco sí" le contesté. He llegado a la conclusión de que aquí, el concepto de hogar es mucho más amplio. Cuando estás en casa de tus padres, tu hogar es allí donde has crecido, donde has compartido la vida con ellos y con tus hermanos, etc... Aquí no existe ese concepto, al igual que no existe el concepto de la propiedad. No dejamos de vivir en habitaciones por las que antes han pasado decenas de personas antes que nosotros.

El "hogar" se convierte día tras día en tu casa, o en el de tu amiga del tercer piso, o en la residencia de otro amigo tuyo, etc... Estar en casa significa ver a la gente que aquí se ha convertido en tu familia, cocinar, cenar juntos, quedar para ver una película en tu casa o en casa de alguien... Por eso digo que aquí eso que llamamos normalmente casa se convierte en algo muy difícil de abarcar. Se trata un poco de los sitios que compartimos, y mucho de lo que te hace sentir la gente que te rodea.

Heja BvB!! Deutscher Meister 2011!

0 comentarios

El BvB ha conseguido su séptimo título de la Bundesliga!!

Y lo ha conseguido en el año que estamos de Erasmus en la ciudad con la mayor afición futbolística de toda Alemania.

A eso de las cinco de la tarde, más o menos, las calles se han convertido en una fiesta de color amarillo y negro. Gente cantando, saltando, festejando... rociando con cerveza a los demás... Vamos, una verdadera fiesta que se prolongó hasta altas horas de la madrugada.
Puedo deciros que mi ventana tiene vistas al Signal Iduna Park y que se escuchó música y las luces estuvieron encendidas durante casi toda la noche.

Poco después de enterarnos de la victoria nos marchamos al centro para ver el ambiente y los festejos por toda la ciudad. Como muestra de ello, os dejo unas fotos y algún que otro vídeo para acercaros el ambiente de fiesta que había por todas las calles y plazas de la ciudad.


 
 Gente celebrando en el Markplatz de Dortmund


Las chicas posando para la celebración

DO- Hauptbahnhof

Hinsetzen!
Mientras, algunos haciéndose de oro recogiendo Pfand

Lo de subirse a las fuentes está de moda en todas partes

El Erasmus te cambia.

0 comentarios

Es verdad. Sonará a topicazo, puede ser. Pero es algo de lo que te vas dando cuenta con el tiempo. No ocurre de la noche a la mañana, ni mucho menos.

Yo creo que el primer paso que te deja marca es el salir de tu vida habitual. Pasar de estar un día en casa de tus padres, con el plato de comida en la mesa todos los días a la misma hora, sin darte cuenta del verdadero trabajo que eso cuesta. O incluso vayamos un paso más adentro de lo que eso implica: ir al supermercado, hacer la compra, preocuparte de que siempre haya algo de comer en la nevera. ¿O es que no os ha pasado, queridos amigos erasmus, que os hayáis levantado algún día con la intención de desayunar y os habéis dado cuenta de que no hay nada en la nevera? Y no hablemos ya de la evolución que es intentar dejar de hacer pasta con salsa de tomate para aventurarse con cosas más "sofisticadas".

Después podríamos decir que viene el shock cultural. De repende te ves en un país que no conoces, con gente que no conoces. En mi caso, no solo rodeado de alemanes que no conocía de nada, sino de gente de todas las nacionalidades que te puedas imaginar. El cambio es brutal, un día estás sentado en el banco del parque de siempre con tus amigos de siempre y en unos pocos días estás compartiendo piso con alemanes, rusos, turcos, etc... Por no hablar de la infinidad de gente de distintas nacionalidades que conoces en cada fiesta.

Al final, de lo que te das cuenta conociendo a gente de tantos lugares distintos es que todos somos prácticamente iguales, dejando a un lado diferencias de cultura, religión, etc ... A todos nos gusta salir, juntarnos con nuestros nuevos amigos, pasarlo bien, conocer gente nueva ... Y también creo que a todos nos preocupa lo mismo: nuestros estudios, nuestros sentimientos, los amigos, la familia ...

Si entramos en el capítulo de relaciones de pareja, sentimentales o como queráis llamarlo, podría decir que en un amplio porcentaje de la gente a la que conozco se han producido cambios, algunos pequeños, otros considerables. Eso me lo reservo para posteriores posts, pero es fácil imaginar que en algunos casos la distancia causa estragos, aparte de sumarle el hecho de que, en poco tiempo conoces a más de cincuenta personas de golpe. Algo que raramente se produce en la vida cotidiana.

Asimilar los cambios lleva tiempo, así como lleva tiempo darte cuenta que las cosas están cambiando. Siempre lo diré, pero ahora más alto y claro que nunca: estoy orgulloso de haberme atrevido a dar este paso en mi vida. Estoy orgulloso de ser un erasmus, aunque al principio pensase que tomé la decisión a la ligera. Pero como alguien me dijo una vez: "es algo que si te lo piensas dos veces, es posible que no te atrevas a hacerlo".

Segundo semestre.

0 comentarios

Hoy cuatro de abril comienza el segundo semestre. Mi segundo y último semestre aquí. Y, al igual que empieza de nuevo toda la rutina, todas las clases, el tiempo de trabajo y esfuerzo, aparte de las vacaciones y el relax doy por concluido el tiempo de descanso del blog.

No siempre siempre se tienen ideas ni ganas de contar a la gente todo lo que pasa, a veces directamente no te sientes preparado para ello, pero espero ahora tener ideas y ganas de contaros todo lo que está por venir, que espero no sea poco.

Queda un semestre lleno de cosas por pasar, historias por contar, ayuda y guiños que brindar a futuros erasmus por estas tierras alemanas, etc...

Dicho esto, hoy me retiro, sólo quería informaros de que sigo vivo, más de lo que creéis, y que muy pronto volveré a contaros qué se cuece por aquí.

Trenes

0 comentarios

Desde que llegué a Alemania todo ha sido un continuo viaje en tren. Trenes para ir a la ciudad, trenes para viajar. Trenes para ir al aeropuerto. Para ir a recoger a gente, trenes en los que recibir malas noticias, también buenas, trenes en los que reirse...

En ellos he dormido, he llorado y he reído y también he aprendido mucho. Viajando se aprende. Cuando miras por la ventana y ves pasar los pueblos, casas, ciudades... llega un momento en el que dejas de ver todo eso y empiezas a mirar dentro de ti.

Y es entonces cuando más disfruto de viajar en tren. Cuando tengo tiempo para viajar dentro de mi cabeza, cuando ordeno mis ideas. Cuando planeo cómo cambiar el mundo, MI MUNDO.

Desde que estoy aquí, desde el primer día, siempre he pensado que la experiencia de disfrutar y darme este año era un tren que no podía dejar pasar. Y ahora que lo he cogido me siento muy orgulloso de haberlo hecho. Aunque a veces me ponga triste cuando hace sol y la luz entra por la ventana. Cuando el sol me da en la cara y me hace sentir calor, recordándome que en estos trenes un día también fui feliz.

Transición

0 comentarios

Después de mi post anterior, lo lógico sería que continuase con la historia que estaba contando. Sucede que desde ese día han empezado a suceder una serie de acontecimientos que me han llevado a una situación nueva que en ningún momento hubiera podido imaginar.

Es por eso que la historia que antes estaba contando la guardaré para un poco más adelante. Considero que merece la pena ser contada, ya que es una anécdota bastante divertida de mi estancia en Alemania.

Pero ahora mi cabeza me pide paso para otras cosas. Así pues, no esperéis un orden lógico en las entradas a partir de ahora...

Compañeros de piso. Confesiones.

0 comentarios

Franziskaner Weissbier
Hace ya algunas semanas, quedé para cenar con unos amigos un viernes por la noche en casa. No teníamos ganas de salir de fiesta, así que decidimos improvisar con nuestros elevados conocimientos y técnica de alta cocina. Cocinamos una especie de arroz tres delicias que quedó bastante bien. A ello le sumamos las cervezas Franziskaner que habíamos comprado el día anterior.

Decidí invitar a cenar a mi compañero de piso Benjamin, uno de los dos alemanes. Un tipo afable. Alto, gordote, con el pelo largo. No sé, yo a veces le veo y me dan ganas de darle un abrazo o de invitarle a unas cañas.

Mientras estábamos preparando la comida irrumpió en casa mi otro compañero de piso, el Ruso. No tendría más particular esta historia si no fuera porque vino con una chica, rubia, de piel blanca... vamos, parecía rusa. Pensé que podía haber venido de visita su novia desde Rusia. En eso se quedó el tema.

Mientras cocinábamos pusimos el portátil en la mesa de la cocina y bebíamos cerveza al ritmo de Rammstein.
Cantábamos a grito pelado... Todos juntos. El Ruso (lo voy a llamar "Ruso" para respetar su privacidad) también se unió a nosotros para cocinar, preparó algo para ellos dos. La chica entró en la cocina y le estuvo ayudando. Cuando terminaron, se fueron los dos para su habitación y no volvimos a saber nada de ellos.



Esta es una de las canciones que estuvimos cantando mientras preparábamos la cena. Muy apropiada. Os la dejo con subtítulos en castellano.

Nosotros por nuestra parte cenamos, recogimos y no había muchas ganas de fiesta, así que nos recogimos pronto. Yo por mi parte había terminado de trabajar en la feria y estaba bastante cansado...


Al día siguiente, por la mañana es cuando viene el punto cumbre de la historia. El Ruso (a este paso, de tanto llamarlo así, va a parecer que es algún capo de la mafia...) irrumpe en mi cuarto con la excusa de usar mi báscula para pesarse. Es entonces cuando tiene lugar esta conversación. La pongo ya traducida por razones obvias...

El Ruso: -  La chica de ayer... No era mi novia.
Yo: - No pasa nada. No tienes por qué dar explicaciones. 
R: -Tampoco era una puta.
Y: - Vale...
R: - Sólo era una chica fácil. Ya sabes que no puedo ver a mi novia desde hace mucho tiempo y que es muy difícil estar tanto tiempo solo.
Y: - Insisto, no tienes por qué dar explicaciones. Aquí cada uno puede hacer lo que quiera.
R: - ¿Y tú no has hecho todavía nada?
Y: - No, además mañana me voy a España a ver a mi novia. 


***


Según avanzaba la conversación mi grado de incredulidad iba incrementando. No daba crédito. No es que me escandalizase, pero me parecía muy fuerte que esto estuviera pasando en mi casa y que esa fuese la primera conversación que tuviese con alguien un domingo por la mañana.

En fin, a partir de entonces, se han dado varios sucesos un tanto extraordinarios que os iré relatando en próximas entregas.

Klausuren

1 comentarios

Klausur es la palabra que se utiliza en alemán para referirse a un examen final. Se acerca la fecha de mi primer examen aquí y por el momento son todo nervios y horas de biblioteca.

Si bien ya empecé con los exámenes la semana pasada en Madrid, para mi es ahora cuando tengo la sensación de estar verdaderamente en plena evaluación.

Somos pocos los que estamos todavía de exámenes, ya que la mayoría de la gente ya ha terminado y se están centrando en sus respectivas despedidas. De aquí a una semana no quedará ya ni la mitad de la gente que estaba cuando esta aventura comenzó. A ver cómo evolucionan las cosas a partir de entonces.

Pero ahora, cuando unos cuantos estamos "a tope" en la biblioteca y con los apuntes, luchando contra las faltas de concentración y las tentaciones... ahora es cuando la gente está planificando fiestas de despedida entre examen y examen.

Por suerte, todo esto terminará a principios de la semana que viene y entonces seré libre por algo más de un mes. Espero que los resultados sean positivos. Espero quitarme ahora dos asignaturas anuales, en un solo semestre de aquí, y un total de 16,5 créditos, que no está nada mal. Todo lo demás que venga, bienvenido sea.

A pesar de estar estudiando, tengo ya un ojo en la planificación del segundo semestre, aunque creo que lo voy a dejar de lado durante un par de días, incluso un par de semanas... A partir del miércoles que viene va a ser la primera vez que esté aquí sin tener ninguna obligación que cumplir, sin clases, seminarios, prácticas, etc... Sólo será tiempo para mi y para hacer todas esas cosas que más te apetecen hacer cuando estás estudiando.

Pero todo eso es ahora una simple ilusión, algo que tiene que darme fuerzas para terminar estos días con el mayor éxito posible. Así pues, y hasta que termine los exámenes, creo que no voy a tener tiempo para publicar nada más.

Si alguno de vosotros, lectores, está ahora en la misma situación que yo, os deseo mucha suerte.

JAGD & HUND

0 comentarios

Feria de caza y perros. Se trata de una de las mayores ferias del mundo del sector. Tiene lugar en el Westfallenhallen entre los días 1 y 6 de febrero.

Ahora pensaréis qué tiene que ver esta feria con mi blog. Al menos a mi se me presentaría la duda.
Bien. Aquí la respuesta: durante los días de la feria me dieron la oportunidad de trabajar en uno Stand en calidad de "intérprete". Lo entrecomillo porque creo que es la primera vez que practico el intrusismo laboral de una manera tan abierta. Yo soy estudiante de informática, no de traducción. Aún así, como por suerte me desenvuelvo bien con el idioma no tuve demasiada dificultad.

Hemos pasado unos días bastantes tranquilos en el stand que me han servido para conocer cosas relativas al mundo de la caza, tanto en España como en el resto del mundo. He de reconocer que no me gusta la caza, pero ahora puedo entenderlo todo un poco mejor y opinar con algo más de criterio. Al menos puedo decir que he aprendido de cosas de las que nunca habría imaginado.

Hoy que ya ha terminado la experiencia os puedo contar que toda la experiencia ha sido positiva y que me ha venido bien para sacarme algo de dinerillo para viajar cuando empiecen las vacaciones del semestre.

Mi pase de acceso a la feria

La cuesta de enero.

1 comentarios

He de reconoceros que el mes de enero siempre se me hace difícil. Unos años más que otros, pero creo que este año lo estoy acusando más que de costumbre.

Dejaré para otro momento la historia de mi vuelta a Dortmund, casi tan accidentada o más que el regreso a casa  por Navidad. Al menos esta vez lo accidentado del viaje derivó en una cosa buena, y es que pude ir con mi chica de vuelta a Dortmund, de manera que no se hizo tan duro el volver a engancharse a la rutina. Esta vez sí que pudo venir y quitarse la espina del intento anterior, justo un mes después.
(Ver http://axldortmund.blogspot.com/2010/12/la-maldita-huelga-de-controladores.html)

Pasó conmigo aquí unos cinco días, conociendo cómo es la vida universitaria en Dortmund. Aunque se perdiese el mayor de los actos sociales que caracteriza la vida universitaria aquí: el encuentro a las 13:00h en la puerta del Mensa. Estaba cerrado por obras.

En los días que estuvo le dio tiempo a conocer un poco a la gente con la que suelo pasar el día-a-día. Visitar los templos de la fiesta Erasmus (véase Spunk), etc... Visitamos Düsseldorf también. Lugar muy recomendable para todo el que quiera conocer ciudades que merezcan la pena y estén cerca de Dortmund.

Pero todo se acaba, y esto no fue una excepción. Domingo 9 de enero, día de clichés. Despedida en aeropuerto, fase de negación...

Llegué a casa y me sentí como si realmente ese día hubiese llegado a Dortmund, y no el día 4 de enero, que fue cuando en realidad aterricé aquí.

A partir de entonces, todo ha sido como una montaña rusa. Las sensaciones han ido subiendo y bajando a toda velocidad y he desembocado en un fin de mes realmente agobiante, con los exámenes a la vuelta de la esquina. A todo eso hay que sumarle la inestabilidad emocional que me ha acompañado durante la cuesta de enero.

Pero bueno, eso es un tema del que ya hablaré en otro post...

Ayer se lo oía decir a alguien, y es otro consejo que deben tener en cuenta los futuros Erasmus. No os penséis que porque os marchéis fuera vais a ser una persona nueva y completamente distinta. Olvidaos de esa idea. Vais a seguir siendo los mismos de siempre, la única realidad es que lo que cambia es todo lo que está a vuestro alrededor. Si no sois capaces de aceptar eso puede que acabéis sufriendo.

Ahora, estando a día 26 de enero, vivo con la sensación de que dentro de un día o dos voy a sentirme realmente agobiado, volviendo a ser consciente de todo lo que me voy a jugar en estos días. Pero bueno, es lo típico que se siente cuando eres estudiante, ¿verdad?

Las vacaciones de navidad. Parte IV.

0 comentarios

Pensaréis que no fui capaz de volver a casa. Toda la historia se quedó cuando estaba subido en ese avión camino a Barcelona, sin posibilidad de coger el vuelo a Madrid.

El aire de incertidumbre y la frustración fueron mis compañeros de viaje durante ese vuelo, sin olvidarnos, claro está, de Maggie. Vuelvo a decir que fue una verdadera suerte que viajásemos juntos.

Pues nada, llegamos a Barcelona, allí estaba esperando un amigo de ella, que se encontró con otro bulto de equipaje algo inesperado. Poco antes, mientras esperábamos a que saliese mi maleta volví loca a mi novia y a mis padres al teléfono hasta que, por fin, consiguieron comprarme un billete de bus para esa noche hasta Madrid.

Cogimos el Cercanías hasta Barcelona Sants y luego allí el Metro. Yo me tenía que bajar en Arco del Triunfo para llegar a la estación de Barcelona Nord. La espera se hizo interminable, bocadillos de jamón aparte.

Al fin subí en el autobús y llegué a casa entre el olor a humanidad y las estrecheces del asiento. Pero valió la pena, volvía a estar en casa. Madrid de nuevo. Me estaba esperando mi padre en la estación de Avenida de América. Por fin volvía a estar entre los míos. Sólo faltaba una cosa.

Faltaba lo más importante, el motivo por el que me preocupaba no llegar a casa. Por fin la llamé. Me di una ducha y pudimos salir a dar un paseo y desayunar juntos. Un mes y medio después. Ahora sí, ya estaba en casa.

FIN.

Las vacaciones de navidad. Parte III

0 comentarios

Mientras tanto, el avión esperando
La gente de Easyjet, muy amable, a la par que culpable nos trató de obsequiar con un vale de comida por un valor de 7,5€ por persona. Lo más fuerte de todo es que dicho vale no podía ser empleado a bordo del avión sino únicamente en los establecimientos situados en el interior de la terminal del aeropuerto. ¡Toma ya! Ellos se pueden retrasar, pero luego no nos podemos comprar la baguette de pan rancio-plasticoso en el interior del avión.

Situación tragicómica número 2:

Fuimos a canjear el billete en la zona de bar de la terminal. Clavada. Pero casi hasta nos sobró dinero. Lo gracioso fue que mientras comprábamos la comida dieron llamada a nuestro vuelo y nos tocó salir corriendo por toda la terminal. 
Teníamos que salir a las 15:00.
 Mirad la hora del último SMS
Hubiera resultado muy cómico perder el avión después de cuatro horas de espera por estar comprando algo para comer.
Corrimos y corrimos, como locos, como si nos fuera la vida en ello, con el bocata en la mano... a punto de salir la única rodaja de tomate volando por los aires. ¡Y lo conseguimos! Conseguimos llegar a la puerta de embarque. Otra vez. 

Pasó un rato, pero por fin parecía que era de verdad. Yo creo que por aquel momento trataba de engañarme pensando que habría alguna posibilidad de coger el avión en Barcelona. Pero sólo si ocurría un milagro. 

El milagro no iba a llegar. Tarjetas de embarque en las manos de pasajeros resignados. Chequeadas junto con la identificación. Pasamos la puerta de embarque y bajamos por las escaleras camino al avión. 
Estábamos tan cerca... Justo en la puerta de abajo, a unos escasos veinte metro del avión para subir y salir volando. Pero nos mandaron subir otra vez. Era todo muy confuso. Al parecer había que hacer una revisión técnica al avión antes de marcharnos. Así que otra vez todos para arriba. Esto ya se parecía más a un capítulo de Benny Hill...

Otra vez a la sala de embarque... Otro cinco minutos de espera. Por fin bajamos, nos sentamos en el avión, que ya no sabíamos si era de verdad o qué. Yo ya hasta me lo hubiera creído si el comandante nos hubiera pedido que bajásemos a empujar el avión. 

Bueno, pues tras media hora en el avión, después de que tuvieron que venir con una grúa a limpiar las alas para quitar toda la nieve que tenían por fin conseguimos despegar. Por fin rumbo a Barcelona. Pero yo ya sabía que había perdido el vuelo a Madrid...

Fin de la tercera parte. Continuará... 

Las vacaciones de navidad. Parte II

2 comentarios

Nos fuimos a la sala de embarque una vez superado el trauma de pasar el control. Ahora sólo quedaba esperar un rato mientras nos comíamos las sobras del frigorífico que nos habíamos traído. ¡Aparte de una bolsa de M&M’s de medio kilo!

Primera noticia incómoda

Nuestro vuelo iba a tener un retraso aproximado de media hora porque aún no había llegado a Dortmund. A todo esto, estaba empezando a nevar y según pasaba el tiempo lo hacía de una manera más intensa.

Aún con las secuelas de la huelga salvaje de controladores, he de reconocer que cada vez tengo más pánico a los aeropuertos. No porque tenga miedo a volar. Todo lo contrario. Porque tengo miedo a no volar y a sus consecuencias.

Llegó el avión, lo estábamos viendo, delante de nosotros, veíamos cómo lo preparaban y cómo cargaban mi equipaje en la bodega, parecía que todo iba bien…

Segunda noticia incómoda 

Llegaba la hora prevista del nuevo embarque (aproximadamente las 15:40). Se acercaron las azafatas al mostrador de la aerolínea, todo el mundo se acercó. Por fin nos disponíamos a embarcar.

Entonces la mujer hizo una comunicación informando que por causas derivadas del temporal no teníamos una hora aproximada para volar. Ninguna información más.

Alguna gente intentó indagar algo más para ver qué es lo que sucedía en concreto. Yo de primeras lo que entendí es que probablemente una hora más tarde sabríamos algo y que no podíamos volar debido a la climatología.

Varias comunicaciones después lo que nos contaron es que el avión estaba disponible y que las condiciones adversas no lo eran tanto como para impedirnos volar, pero que el problema era que la tripulación no estaba en el aeropuerto, sino en la autopista de camino al aeropuerto desde Colonia.

En ese momento pasaron varias sensaciones por mi cabeza: frustración, rabia, ira, nerviosismo, resignación… Creo que no me dejo ninguna.

Me entraron ganas de hacer como en las películas y preguntar si entre la gente que estaba en la sala de espera había algún piloto de avión que nos pudiese llevar a Barcelona. Poco después me llenó la indignación y no podía dar crédito a que todo esto estuviera sucediendo en un país como Alemania…

La gente de Easyjet se limitó a decirme que al no volar la conexión con ellos no podían reubicarme en otro vuelo y que en todo caso que reclamase después en función del desenlace. 

Mientras me decía esto, sonó el teléfono del mostrador. ¡Eran ellos! Los pilotos estaban vivos y en el aeropuerto. ¡Por fin íbamos a poder volar!

Fin de la segunda parte. Continuará… 


De regalo una de mis escenas preferidas de la película Aterriza como puedas. En nuestro caso debería haberse llamado Despega como puedas. 




Las vacaciones de navidad. Parte I

0 comentarios

Se podría decir que hasta ahora nunca había tenido experiencias desagradables a la hora de viajar. Siempre he tratado de ser puntual y previsor, hacer caso a las indicaciones de estar con suficiente antelación en el aeropuerto, etc… Por eso creo que duele más que las cosas salgan mal cuando pones todo de tu parte para que no sea así.

Regreso a casa. Día 17 de diciembre. Viernes. Para poneros en situación tengo que comentaros que el día anterior al vuelo se suspendieron las clases debido a una tremenda nevada en Dortmund. Así pues, pasamos todo el día con miedo a que nos quedásemos en tierra mirando el estado de los aeropuertos a cada hora.

Una vez llegado el día tuve la suerte de viajar con mi amiga Maggie que ese fin de semana también volvía a casa, aunque ella se quedaba Barcelona a pasar el fin de semana.
Mi plan de vuelo era DTM-BCN de 15:00 a 17:20 y BCN-MAD de 20:30 a 21:50. Así pues, tal como os decía antes, llegamos al aeropuerto con más de dos horas de antelación para facturar con tranquilidad y comer algo allí.

Situación tragicómica número 1:

Mostrados de Easyjet, va a facturar Maggie. Lleva una maleta de mano y un bolso. En el mostrados exigen que el equipaje de maneo conste de un único bulto. Ella llevaba una maleta de mano y un bolso.
Nos tocó rehacer el equipaje delante de todo el mundo. Ella cogió lo básico y metió su bolso en mi maleta, quedándose con su bolsa de mano. Yo facturé mi maleta. Prueba superada. O eso creíamos.

Nos fuimos a tomar un café en la única cafetería del ridículo aeropuerto de Dortmund, de camino Maggie me decía: “Hoy va a ser un día divertido”.
No sé cómo surgió el tema, pero mientras tomábamos el café nos dimos cuenta de que las llaves del candado de la bolsa de mano estaban en el bolso de Maggie. Que estaba… sí, estaba en mi maleta recién facturada. El principal problema era que a la hora de pasar el control en el aeropuerto hay que sacar los portátiles para pasarlos por el control, y cómo no, el portátil estaba dentro de la bolsa cerrada.

Nos dirigimos al control más o menos pronto conscientes de la situación, temiendo acabar en un cuarto oscuro lleno de señores alemanes.
Al pasar por el arco de seguridad yo no tuve ningún problema y aparentemente Maggie tampoco, hasta que no nos devolvían su bolsa y pasaron unos minutos. Ya uno de los vigilantes nos llamó la atención y nos dijo que necesitaba abrir la bolsa. Le explicamos que no teníamos la llave y que, si era necesario, rompiese el candado. Pero no pudo. Tenían unos ridículos alicates incapaces de hacer ni un simple arañazo al dichoso candado.

Al final, lo que me temía, nos llevaron para el cuarto oscuro. Y salió un señor que decía estar especializado en este tipo de situaciones. A todo esto, la pobre Maggie estaba un poco hundida por el despiste y yo no paraba de decirle: “Esto le puede pasar a cualquiera”.
Nos quedamos en la puerta del cuarto oscuro, y corriendo un poco la cremallera consiguió introducir en la bolsa una especie de papel que frotó en el interior. Resultado negativo. Viva, no somos terroristas, podemos continuar nuestro viaje. A todo esto, el señor se estaba partiendo la caja, nos debió de ver cara de pringaos. Al menos esta es la parte divertida del viaje.

Fin de la primera parte. Continuará… 

Apertura de año. Vuelta al blog.

0 comentarios

Como habéis podido comprobar, hace un tiempo que me tomé unas vacaciones en esto de escribir en el blog. Últimamente no había tenido ni mucho tiempo ni muchas ganas de ponerme a ello, pero ahora con el año nuevo retomo la tarea con fuerzas.
En primero lugar aprovecho para felicitaros este año 2011 que espero os traiga todo lo mejor…
A partir de este momento iréis encontrando algunos nuevos posts que intentarán contar las aventuras vividas en las últimas tres semanas.