Calendario de Adviento

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22/11/2010 a las 12:55 camino al Mensa:

-Mario: Tía, creo que están regalando algo, corre! - señalando a un cúmulo de gente agolpada alrededor de una furgoneta.

-Cristina: Será cualquier tontería... Quillo! Corre, que son carpetas.

Nos echamos una carrera, llegamos a la furgoneta y recibimos nuestro premio.

-Cristina: Vaya mierda, es un puzzle...

-Mario: No... es un calendario de adviento. - Estallo en carcajadas.

Definitivamente, la navidad se acerca...

¿La moralidad existe? ¿Hasta para poner la lavadora? ¿Pero esto qué es?

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Reabro el blog a raiz de mi indignación. Más de tres horas llevo para hacer la colada y gastando en ello más de 4€. Por suerte no tengo mucha ropa aquí y no junto la suficiente como para poner una lavadora hasta que no pasan dos semanas. A parte hay que sumarle la pereza de cargar con los botes de detergente y suavizante, la cesta de la ropa, etc... ¿Para luego qué? Llegar al cuarto de la lavadora y ver que todas (tres lavadoras) están ocupadas.

Hoy por suerte no ha sido ese el caso, había una libre. Las otras dos estaban abandonadas, llenas de ropa, con el programa ya terminado. "Eres un tipo con suerte" me dije a mi mismo.
Hoy me decidí a innovar. Programa corto. Tres monedas. Una hora y media. Así tenía tiempo para preparar la cena y limpiar mi cuarto.

Al bajar de nuevo qué agradable sorpresa. La ropa sin centrifugar, completamente chorreando. Así no hay dios que meta la ropa a la secadora, es desperdiciar el tiempo y el dinero.
Programa corto y centrifugado. Otras tres monedas. Ya llevo tres euros gastados. ¡Maldición!

Bajo hace cinco minutos. La lavadora no ha terminado, las otras dos siguen abandonadas como hace un par de horas. ¿Qué hago? ¿Soy respetuoso y bajo a ver si termina para poner la secadora o ya me espero y bajo mañana temprano? Pero... ¿y si algún desalmado saca mi ropa de la lavadora y la esparce por ahí?

Sin duda, por eso elegimos la lavandería como una de las posibles escenas del crimen si alguien crease el "ClueDortmund".

De regalo unas fotos de tan acogedora estancia.

Arsenal de limpieza para más de
200 personas

Contadores, tragafichas, sacacuartos


La puerta a lo desconocido

Cerrado temporalmente

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Será cuestión de días, espero que no lleguen a ser semanas, pero ahora no me siento ni con fuerzas ni con ganas para continuar escribiendo.

Recientemente he sufrido la pérdida de un gran AMIGO, mi querido gato Bretón, y no soy capaz de pensar en algo que poder escribir.

Me centraré en los estudios y en tratar de ser persona. Volveré con fuerzas y con ganas de seguir contándoos cosas.

Mientras tanto quiero que se sepa lo mucho que lo quise cuando estuvo con nosotros y que espero poder reencontrarme con él y volver a jugar juntos en algún lugar y en algún momento... Te quiero.

Pongamos que hablo de Madrid

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Lo sé, estoy de Erasmus en Dortmund. Pero es que hoy son los carnavales en Colonia y no creo que vaya a poder ir, así que toca quedarse en casa. Tengo que estudiar y me voy a obligar a quedarme aquí y a hacer cosas de provecho cuando termine de escribir en el blog.

Hoy es un día lluvioso, oscuro, con mucho viento... Desde mi ventana veo zarandearse con violencia las hojas de los árboles y veo campo, mucho campo. Es en estos días en los que me gustaría estar en casa, en mi ciudad. Salir un rato a dar una vuelta. Me dicen que por allí hace sol, aunque haga un poco de frío.

Sólo con pasar de noche con el coche por la Gran Vía escuchando buena música ya me siento como en casa. O por qué no pasear por el parque que está cerca de mi casa, como las últimas tardes del verano antes de venir aquí.

Sé que no tengo las palabras que hacen falta para describir lo que siento por mi ciudad. Por eso, creo que no hay nada mejor que esta canción, que conozco desde que tengo uso de razón para hacerle mi homenaje particular a Madrid. La letra a continuación del vídeo.


Joaquín Sabina - Pongamos que hablo de Madrid

Allá donde se cruzan los caminos,
donde el mar no se puede concebir,
donde regresa siempre el fugitivo,
pongamos que hablo de Madrid.

Donde el deseo viaja en ascensores,
un agujero queda para mí,
que me dejo la vida en sus rincones,
pongamos que hablo de Madrid.

Las niñas ya no quieren ser princesas,
y a los niños les da por perseguir
el mar dentro de un vaso de ginebra,
pongamos que hablo de Madrid.

Los pájaros visitan al psiquiatra,
las estrellas se olvidan de salir,
la muerte viaja en ambulancias blancas,
pongamos que hablo de Madrid.

El sol es una estufa de butano,
la vida un metro a punto de partir,
hay una jeringuilla en el lavabo,
pongamos que hablo de Madrid.

Cuando la muerte venga a visitarme,
que me lleven al sur donde nací,
aquí no queda sitio para nadie,
pongamos que hablo de Madrid.

(Cuando la muerte venga a visitarme,
no me despiertes, déjame dormir
aquí he vivido, aquí quiero quedarme
pongamos que hablo de Madrid.)

Cumpleaños en Madrid

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Aunque se salga de la idea principal del blog, creo que este cumpleaños se merece un post. Cumplí veinticinco años el pasado día seis. Creo que es una edad que empieza a ser importante, en la que se tiene que empezar a tener todo mucho más que claro. Y creo que el haberme ido de Erasmus ahora ha sido lo mejor que podía hacer. Siempre recordaré que estuve de Erasmus cuando tenía esta edad.

H-Bahn 
Me marché el 5 de noviembre por la mañana. Un día feo a más no poder. Hasta el aeropuerto de Dortmund tengo una combinación bastante cómoda. Sólo tengo que coger el H-Bahn desde Dortmund Universität hasta Eichlingen y luego no hay más que cruzar la calle y coger el autobús 440 que lleva directo al aeropuerto.

El camino al aeropuerto estuvo protagonizado por la lluvia y por una niebla que cada vez hacía más difícil ver lo que había a mi alrededor. Los barrios de las afueras son un poco tristes. En ese momento me parecía que estaba en una ciudad gris y perdida en el fin del mundo, pero con la ilusión de volver a casa por un par de días.

Cuando llegué al aeropuerto más de lo mismo, a  lo que había que sumar que la nieva era cada vez más espesa. Hechos los trámites oportunos por fin llegó la hora del vuelo. Todo en hora. Se nota que es Alemania.

Llegué a Barcelona y por fin podía llamar a casa sin tener que pagar un pastón. También pude hablar con ella.  Todo volvía a parecer normal. Tediosa espera en el aeropuerto hasta que, cómo no, mi avión salió con retraso. Se nota que es España.

Al final fueron casi doce horas de viaje pero mereció la pena. Detrás de la puerta del aeropuerto me esperaban mis padres y mi novia. Me resultó raro de pronto volver a estar en mi ambiente, con mi gente de siempre. Cena en el Foster's casi como un viernes cualquiera.

Al día siguiente ya era mi cumpleaños. ¡Veinticinco años! No dejaba de resultarme más que una mera anécdota. Las ganas que tenía de venir eran por estar con mi familia y mis amigos. Comimos con mis padres, pasamos la tarde juntos y luego reencuentro con todos mis amigos, en el bar de siempre. Casi como cualquier otro día. Pero no, no era cualquier día. A los reencuentros había que sumarles un par de horas después de nuevo una despedida. No sé si alguna vez llegaré a acostumbrarme.

Retrato del encuentro en La Embajada.
La suerte es que compré otro vuelo para volver el lunes a Dortmund y no el domingo, como pensé inicialmente. De haber sido así todo hubiera sido más estresante y puede que más intenso. El caso es que no estaba dispuesto a agobiarme por querer ver a mi familia, a mi novia y mis amigos y tener un poco de tiempo para todos. Sé que cuando venga en navidades tendré dos semanas y todo será distinto, pero ya era un mes sin verlos y quería tener tiempo suficiente.

El domingo fue un día de relax e intimidad y con un rato reservado para ver el Derby. Por suerte el Madrid ganó y cerró perfectamente el fin de semana de escapada. El lunes se pasó rápido, casi sin tiempo para llevarme todas las cosas que tenía previstas, pero al final todo salió bien. Volé al aeropuerto de Düsseldorf- Weeze, casi haciendo frontera con Holanda. Para volver necesité coger un bus que tardó más de una hora en llegar a Düsseldorf-Hauptbahnhof y de ahí cogí un tren directo hasta la universidad de Dortmund.

Lo mejor del viaje de vuelta es que por fin mi guitarra está aquí. Ahora podré pasar las tardes tocando las canciones de siempre aunque sea con un público nuevo. Puede que hasta componga algo nuevo.

Qué rápido se ha pasado, qué intenso ha sido, hasta ha resultado un poco agotador, pero no quiero cerrar este post sin daros las gracias a todos y cada uno de vosotros por haber estado conmigo. Gracias también por los regalos, no teníais por qué haberos molestado. Y sobre todo, gracias por vuestro cariño y por haber pasado conmigo este cumpleaños tan especial.

La cena internacional

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Hace unas semanas me llegó un evento por Facebook en el que la asociación ESN (Erasmus Student Network) nos invitaba a asistir a una cena internacional para alumnos Erasmus. Cada uno tenía que traer comida típica de su país para compartirla con los demás. El evento estaba convocado para el martes 2 de noviembre entre las 19:00 y las 22:00.

Yo ese día tenía que entregar unos ejercicios con plazo hasta las 18:00 y no tuve tiempo para hacer nada hasta que los envié. A partir de ese momento comienza una nefasta secuencia de acontecimientos. No quise pensar mucho y pensé que lo más típico que podía llevar era tortilla de patatas.

En el Lidl no había huevos, ¿entonces cómo iba a hacer las tortillas? Me tocó llamar a Cristina, que estaba con Maggie de compras en el centro para encargarles que compraran huevos. Héctor se vino a casa mientras tanto y me estuvo ayudando a pelar las patatas y a ponerme nervioso con las prisas :-P

Al final hicimos tres tortillas de patatas y nos fuimos para allá a las 20:00 aproximadamente. No contábamos con que la gente debía de llevar una semana sin comer y que llevaban haciendo cola para asistir al evento por lo menos diez minutos antes de la hora oficial. Y no es que nosotros quisiéramos llegar tarde, sino que no tuvimos más tiempo. Era imposible hacer tres tortillas más una cuarta que hizo Dani en menos de una hora cuando ni siquiera había huevos en la tienda más cercana.

Al llegar, los "organizadores" nos preguntaron que de dónde éramos y al reponderle que éramos españoles contestaron: "Oh! La gente española siempre llega tarde". Nos preguntaron también que qué habíamos traído y les enseñamos las tortillas y dijeron que si no habíamos hecho paella. ¡¡Como si se tardase lo mismo en hacer una paella que una salchicha con un sobre de puré de patatas!! Esa es la cocina alemana.

Para colmo, la gente se abalanzó sobre nuestro comida y a duras penas pudimos comer un cachito de tortilla y unas papas con mojo picón que preparó Marcos.
Al cabreo y la decepción había que sumarle el hambre con el que nos habíamos quedado simplemente por tener la buena intención de llevar un poco de comida.

Tengo que decir que me siento un poco indignado porque si esto es lo que pretendían con una cena internacional creo que no buscaban mucho la integración de la gente, más aún tirando de tópicos sobre los españoles. Que vale que llegáramos tarde, pero al menos llevamos algo de comer, que no todos se lo curraron tanto. Fue un gesto un poco descortés por parte de ellos, pero no merece la pena recordarlo.

¡Y encima me quedé con hambre! Por lo menos Héctor me invitó a cenar en su casa y así no me volví yo a la mía con hambre. Es por esto que la que viene a continuación es la foto que he escogido para ilustrar la noche de la cena internacional. ¡Que aproveche!

Puente de todos los santos - Aachen

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Durante toda la semana pasada deseé que llegara el puente para tener tranquilidad y para ponerme al día con toda la tarea pendiente. Pero como siempre suele pasar, los planes nunca suelen salir como los imaginas.

Tenía bastantes ganas de pasarme unos días de "batamanta" en casa para estudiar y dormir pero al final nada de nada. A pesar de todo no me puedo quejar y he de decir que ha sido todo bastante divertido. Voy a hacer un pequeño resumen de todo lo acontecido.

Viernes


El viernes no prometía mucho. Las chicas se habían ido a Amsterdam y nosotros andábamos buscando un plan alternativo para pasarlo dignamente. En la facultad de química había una fiesta de Halloween, así que decidimos ponernos en camino para ella. Es curioso que aquí cedan las facultades para organizar fiestas, eso no lo he visto todavía en España.

Bueno, al tratarse de una fiesta de Halloween en los flyers invitaban a que fuéramos disfrazados porque luego se iba a hacer un concurso de disfraces. El ganador recibiría cinco cervezas gratis.
Yo no tenía pensado disfrazarme, de hecho no lo hice, pero en el pasillo de entrada de mi casa vi una máscara de Darth Vader que estaba criando polvo seguramente desde hace años. El caso es que me la llevé para la fiesta y estuvimos un rato haciendo el tonto con la máscara.

De la fiesta he de decir que la música fue bastante buena. Música rock en general, pasando por Rammstein, Rage Against The Machine y ¡Die Toten Hosen! que aquí será obvio pero a mi me emociona bastante.

Sábado


El sábado sí que me dediqué a dormir y a descansar un poco lo que me había faltado durante toda la semana. Por la mañana fui a comprar al Lidl porque sino no iba a tener comida para el fin de semana y luego me fui a Dortmund centro con Héctor. Estuvimos dando vueltas por allí y mirando tiendas.

Por la tarde más rato de descanso hasta la invasión de cuarto de Dani, que estaba ya sin internet. Después de eso tocó otra vez vaguear hasta la hora de la cena, que fue en casa de Kassia y donde, como siempre, pensábamos que íbamos a ser cuatro o cinco y acabamos estando más de diez personas.

Para cenar hicimos Kebap casero, con filetes de pollo cortados en tiras y verdura, salsa de yogur, etc... Vino también Francesco con un amigo suyo que había venido de visita para verle y estuvimos un rato en casa bebiendo hasta que dijimos de salir de fiesta.

A todo esto, Héctor estuvo diciendo que era de Camerún y estuvo toda la noche hablando inglés y alemán pero cuando le preguntamos que si hablaba francés dijo que el era de otra parte de Camerún, donde no se habla francés. Vaya nochecita nos dió con el inglés.

Al final los planes de fiesta acabaron abortados porque todos los sitios estaban llenos o había que pagar, así que acabamos todas las noches donde se tienen que acabar, en casa de Francesco comiendo pasta a las dos de la mañana y jugando siempre a algún juego de cartas en el que si pierdes te toca beber alcohol. Y así es como terminó la noche.

Domingo

Se notó el cambio de hora, y bastante, la verdad. Resultaba un poco deprimente que a las cuatro y media de la tarde empezara a anochecer. Daban ganas de meterse en la cama. Esa tarde miré durante un rato los apuntes pero no me sentí con fuerzas de seguir.

Por la noche fuimos a casa de una chica que organizaba fiesta y luego fuimos a la planta baja de su edificio, que en el pub había otra fiesta de halloween. Estuvimos un buen rato. Durante algunos momentos pensaba que ese no era mi lugar, que quería volver  a estar con mi gente de siempre, pero luego me fui sintiendo poco a poco más a gusto.

Nos quedamos prácticamente hasta que cerramos el bar, y de vuelta a casa atravesamos el bosque que hay para volver en medio de la noche, persecución a conejos incluida. Al día siguiente teníamos previsto ir a Aachen, pero la noche causó estragos y estábamos un poco cansados. Yo le dije a Dani: "no te vas a levantar para estar en el portal a las ocho de la mañana ni de coña", a lo que me contestó: "claro que sí, si he dicho que voy a estar lo voy a cumplir". Pues eso, a la cama que había que madrugar.

Lunes


¿Qué os dije? Eran las 8:10. Al final decidimos darnos diez minutos de cortesía y Dani no estaba abajo. Habíamos quedado con otra chica que se llama Kassia, Natalia (una amiga de ella, también polaca) que se rajó e Irene, la última incorporación española al grupo. Al final se apuntó Marcos (de Canarias) también. Casualmente nos encontrábamos a Marcos mientras estaba tirando piedras a la ventana de Dani para ver si conseguí despertarle, pero no hubo manera. No sirvieron ni las piedras, ni las cinco llamadas perdidas ni llamar a la puerta de su casa a las ocho y media de la mañana.

Así pues decidimos irnos sin él. Nos encontramos con Irene en Dortmund Universität y allí cogimos el tren para Dortmund - HBF. En la estación central, con las prisas nos confundimos y compramos para Irene un billete de tren de alta velocidad que perdió por un minuto.
Intentamos cambiar el billete en las taquillas pero nos obligaban a pagar 15€ de más. La verdad es que no tenía ningún sentido.


Llegada a Aachen después de 2 horas y media en tren

Aachener Dom
Cogimos el primer tren que encontramos para Aachen, un regional que tardó dos horas en llegar. De camino nos encontramos a Francesco que iba con su amigo, el del viernes, a Düsseldorf, así pues estuvimos una hora en el tren con ellos. Haciendo bromas sobre Dani y sobre el madrugón que nos habíamos dado, hasta que... empieza a sonar mi móvil. "¡It's Dani!" (Sí, en este viaje hemos ido hablando inglés :( )
"Soy lo peor..." esas fueron sus palabras al contestar. Nos dijo que cogería el primer tren que pudiera y que ya nos encontraríamos allí. Y así fue, unas cuatro horas más tarde. En total tuvimos unas seis horas de viaje en tren, entre ida y vuelta.


Puppenbrunnen
Sobre Aachen puedo decir que no está nada mal, es una ciudad bastante curiosa. Con una catedral bastante bonita. Lo curioso de la ciudad, entre otras cosas, son todas las fuentes de bronce que hay por sus calles.
Mientras íbamos caminando por las calles pensaba en cómo hubiera sido venir aquí de Eramus ya que era una de las ciudades que podía haber elegido.

La verdad es que ha sido un fin de semana bastante entretenido. Y, aunque parezca que le post me haya quedado un poco largo, la verdad es que hay muchas cosas que me he dejado en el tintero.
Espero no haberos aburrido mucho. Y sé que tengo que hacer un post en el que presentar a la gente para que os hagáis a una idea de quién estoy hablando.