Es verdad. Sonará a topicazo, puede ser. Pero es algo de lo que te vas dando cuenta con el tiempo. No ocurre de la noche a la mañana, ni mucho menos.
Yo creo que el primer paso que te deja marca es el salir de tu vida habitual. Pasar de estar un día en casa de tus padres, con el plato de comida en la mesa todos los días a la misma hora, sin darte cuenta del verdadero trabajo que eso cuesta. O incluso vayamos un paso más adentro de lo que eso implica: ir al supermercado, hacer la compra, preocuparte de que siempre haya algo de comer en la nevera. ¿O es que no os ha pasado, queridos amigos erasmus, que os hayáis levantado algún día con la intención de desayunar y os habéis dado cuenta de que no hay nada en la nevera? Y no hablemos ya de la evolución que es intentar dejar de hacer pasta con salsa de tomate para aventurarse con cosas más "sofisticadas".
Después podríamos decir que viene el shock cultural. De repende te ves en un país que no conoces, con gente que no conoces. En mi caso, no solo rodeado de alemanes que no conocía de nada, sino de gente de todas las nacionalidades que te puedas imaginar. El cambio es brutal, un día estás sentado en el banco del parque de siempre con tus amigos de siempre y en unos pocos días estás compartiendo piso con alemanes, rusos, turcos, etc... Por no hablar de la infinidad de gente de distintas nacionalidades que conoces en cada fiesta.
Al final, de lo que te das cuenta conociendo a gente de tantos lugares distintos es que todos somos prácticamente iguales, dejando a un lado diferencias de cultura, religión, etc ... A todos nos gusta salir, juntarnos con nuestros nuevos amigos, pasarlo bien, conocer gente nueva ... Y también creo que a todos nos preocupa lo mismo: nuestros estudios, nuestros sentimientos, los amigos, la familia ...
Si entramos en el capítulo de relaciones de pareja, sentimentales o como queráis llamarlo, podría decir que en un amplio porcentaje de la gente a la que conozco se han producido cambios, algunos pequeños, otros considerables. Eso me lo reservo para posteriores posts, pero es fácil imaginar que en algunos casos la distancia causa estragos, aparte de sumarle el hecho de que, en poco tiempo conoces a más de cincuenta personas de golpe. Algo que raramente se produce en la vida cotidiana.
Asimilar los cambios lleva tiempo, así como lleva tiempo darte cuenta que las cosas están cambiando. Siempre lo diré, pero ahora más alto y claro que nunca: estoy orgulloso de haberme atrevido a dar este paso en mi vida. Estoy orgulloso de ser un erasmus, aunque al principio pensase que tomé la decisión a la ligera. Pero como alguien me dijo una vez: "es algo que si te lo piensas dos veces, es posible que no te atrevas a hacerlo".
El Erasmus te cambia.
Segundo semestre.
Hoy cuatro de abril comienza el segundo semestre. Mi segundo y último semestre aquí. Y, al igual que empieza de nuevo toda la rutina, todas las clases, el tiempo de trabajo y esfuerzo, aparte de las vacaciones y el relax doy por concluido el tiempo de descanso del blog.
No siempre siempre se tienen ideas ni ganas de contar a la gente todo lo que pasa, a veces directamente no te sientes preparado para ello, pero espero ahora tener ideas y ganas de contaros todo lo que está por venir, que espero no sea poco.
Queda un semestre lleno de cosas por pasar, historias por contar, ayuda y guiños que brindar a futuros erasmus por estas tierras alemanas, etc...
Dicho esto, hoy me retiro, sólo quería informaros de que sigo vivo, más de lo que creéis, y que muy pronto volveré a contaros qué se cuece por aquí.