Solo en medio de la noche

0 comentarios

Solo y de noche. En casa de mis padres, pero esto podría ser perfectamente una habitación en una residencia de estudiantes. Desordenada y con todo tirado por el suelo. Sólo pocas cosas de valor: una guitarra y un ordenador. Y cada vez pienso que esto va a ser lo más parecido a lo que me voy a encontrar.
Eso es lo que realmente me asusta, que allí no sean tan diferentes las cosas de lo que son aquí. Quiero sentir que va a ser algo completamente diferente, y que va a valer el precio que voy a pagar.
No puedo ir a perder el tiempo, no puedo simplemente desplazar mi vida unos miles de kilómetros para que siga siendo igual a lo que hay ahora.
Según van pasando los días, me atrevo cada vez menos a pensar en lo que vendrá después. Tantos cambios... En el fondo, hay cosas que no quiero que dejen de ser como ya son. Me ha costado mucho tiempo conseguirlas como para que ahora se esfumen.
¿Creceré como persona? En mi caso, es la única acepción de la palabra crecer a la que me puedo acoger. Estoy convencido de ello. De hecho, algo creo que ya he crecido, pues me he atrevido a tomar esta decisión, incluso sabiendo que dejo cosas aquí que son motivo suficiente como para darle la vuelta a esta decisión.
Pero claro, hay cosas que no dejan de rondarle a uno la cabeza. Por muy inoportunas que sean...
Wirdst du auf mich warten? Vergiss mich nicht!
(No uséis el Google translator, que no lo traduce correctamente. Bueno, la segunda frase sí...)
En el fondo, en mi habitación de la casa de mis padres o en cualquier sitio perdido de la mano de Dios, algunas cosas se seguirán sintiendo de la misma manera.

Buenas noches y que duerman bien.

No hay vuelta atrás

0 comentarios

Esta es mi primera entrada, ¿primera de muchas? No sé, me da que me voy a pasar aquí mucho, mucho tiempo. Teniendo en cuenta que me he pasado sólo dos horas en apañar esto un poquito. No quería que fuera convencional, como cualquiera al principio, pero no estoy convencido de haberlo conseguido... Vamos a lo que nos ocupa.

Los acontecimientos se suceden y parece que ya no hay vuelta atrás. Desde que ayer el señor vicedecano me dedicara unas palabras de ánimo ("Dortmund es la ciudad más borde de Alemania", "Te pueden echar de clase por no saber bien el idioma") mi cabeza no para de dar vueltas.
Supongo que una decisión como esta no se toma a la ligera, tampoco puede ser muy concienzuda, pues sino acabas echándote atrás.

Como he visto que le ha pasado a varias personas de las que nos vamos a distintos sitios el año que viene, hay una lista de pros y otra de contras. Ahora no voy a hacer ese análisis, lo he hecho ya mil veces y ya habrá tiempo más adelante de darle otro repaso. Además, la plaza está confirmada y no me voy a echar atrás.

Me agobia el miedo a fracasar, las expectativas que me impongo, el miedo a sentirme solo cuando esté allí... esas son las sensaciones que recorren mi cabeza en estos momentos. Y pensaréis, ¿entonces, para qué me voy? Quiero experiencias, quiero aprender, quiero divertirme, quiero viajar, hacer amigos, conocer otra cultura... Quiero hacerlo!!